"Recuerda con aprecio
a los maestros brillantes, pero con gratitud a los que tocaron nuestros
sentimientos”
Carl Gustav Jung
Hoy en el viaje en el autobús he escuchado una conversación que
no ha dejado de sorprenderme eran dos estudiantes de magisterio (deduzco por su
edad) que iban muy ilusionadas hacer sus prácticas; y me he acordado de todos
los profesores (colegio e instituto ya de la facultad no ) que tuve a los que poníamos
apodos al igual que supongo que ocurrirá hoy en dia; se esforzaron por hacerme entrar en la dura
mollera que tengo no solo los nombres de los ríos, reyes godos,… sino también una visión del mundo diferente.
La época que me tocó vivir a mí, el sistema educativo era
totalmente distinto a lo que se ha convertido hoy, ni mejor ni peor,
simplemente diferente, yo personalmente le veo ventajas e inconvenientes al
actual pero es una opinión.
En aquella época el Maestro (lo de profesor no me termino de
acostumbrar) era una figura importante en la sociedad, le tenías tanto pánico como
a la guardia Civil hoy en día tienen casi que ir a clase con la Guardia Civil.
A mí me tocó vivir la época en la que el profesor te daba un
cachete (por hablar fino) y en casa tu padre te daba otro antes de saber el porqué,
pero también me toco (o quizás esto solo fue suerte) tener profesores (no
todos) que se preocupaban por la educación más allá de la mera enseñanza de
contenidos. Recuerdo con Cariño a la Señorita Blanca, a Don Benito, a Don
Ramón, a la Srt. Inmaculada, a otros que aunque no me daban clase en el
colegio/instituto también se encargaron de formarme Francisco, Ángeles, Ricardo
y más recientemente Silvia.
Gracias a ellos aprendí no solo los reyes godos, ríos,
cabos, capitales de países (hoy ni la mitad han cambiado o desaparecido) las tablas
de multiplicar, la generación del 27, el bello (aunque no me guste los idiomas ya que no son mi fuerte) francés, el pensamiento filosófico, la historia
de España, las Ciencias Naturales, la tabla periódica,…. Pero también aprendí
valores humanos, como el compañerismo, el respeto a los mayores, anteponer el
bien del prójimo al mio (unas veces lo consigo y otras veces no) pero de lo que
más orgullos estoy es de haber aprendido a que ante todo y sobre todo somos
seres humanos sin que nuestro color de piel, religión o pensamiento político nos
haga mejores o peores, y sobre todo a no
odiar a nadie, a ponerme en el lugar del otro para entender sus actos y asumir
que todo el mundo se puede equivocar y no por eso deja de ser buena persona o no por ello es mala persona; a seguir
aprendiendo día a día, y por muchos
reveses que me de la vida no cambiare esta visión.
Espero que todas esas personas que hoy tiene hijos en manos
de gente como Silvia, Ángeles, Olvido, Rocio,
David, Arantxa, Adriano,….. Sepan apreciar el esfuerzo que ellos hacen por
enseñar y darles algunas pinceladas a sus hijos para que sean personas ya no
con un conocimiento sino con un cerebro que les permita pensar y vivir la vida
de acuerdo con unas ideas (sean mejores o peores, equivocas o acertadas pero al fin y al cabo en eso consiste la vida
en una suma de conocimientos). Gracias a todos por vuestro esfuerzo en formarme
y gracias por formarme a mi, a mis hijos y a todas las generaciones que pasen
por vuestras manos, a pesar de los cambios que cada vez os lo pone mas difícil vosotros
con vuestra vocación nos dais una lección que no debemos olvidar.