viernes, 29 de enero de 2016

Querido Profesor

            
"Recuerda con aprecio a los maestros brillantes, pero con gratitud a los que tocaron nuestros sentimientos”
Carl Gustav Jung



Hoy en el viaje en el autobús he escuchado una conversación que no ha dejado de sorprenderme eran dos estudiantes de magisterio (deduzco por su edad) que iban muy ilusionadas hacer sus prácticas; y me he acordado de todos los profesores (colegio e instituto ya de la facultad no ) que tuve a los que poníamos apodos al igual que supongo que ocurrirá hoy en dia;  se esforzaron por hacerme entrar en la dura mollera que tengo no solo los nombres de los ríos, reyes godos,…  sino también una visión del mundo diferente.

La época que me tocó vivir a mí, el sistema educativo era totalmente distinto a lo que se ha convertido hoy, ni mejor ni peor, simplemente diferente, yo personalmente le veo ventajas e inconvenientes al actual pero es una opinión.
En aquella época el Maestro (lo de profesor no me termino de acostumbrar) era una figura importante en la sociedad, le tenías tanto pánico como a la guardia Civil hoy en día tienen casi que ir a clase con la Guardia Civil.

A mí me tocó vivir la época en la que el profesor te daba un cachete (por hablar fino) y en casa tu padre te daba otro antes de saber el porqué, pero también me toco (o quizás esto solo fue suerte) tener profesores (no todos) que se preocupaban por la educación más allá de la mera enseñanza de contenidos. Recuerdo con Cariño a la Señorita Blanca, a Don Benito, a Don Ramón, a la Srt. Inmaculada, a otros que aunque no me daban clase en el colegio/instituto también se encargaron de formarme Francisco, Ángeles, Ricardo y más recientemente Silvia.

Gracias a ellos aprendí no solo los reyes godos, ríos, cabos, capitales de países (hoy ni la mitad han cambiado o desaparecido) las tablas de multiplicar, la generación del 27, el bello (aunque no me guste los idiomas ya que no son mi fuerte) francés, el pensamiento filosófico, la historia de España, las Ciencias Naturales, la tabla periódica,…. Pero también aprendí valores humanos, como el compañerismo, el respeto a los mayores, anteponer el bien del prójimo al mio (unas veces lo consigo y otras veces no) pero de lo que más orgullos estoy es de haber aprendido a que ante todo y sobre todo somos seres humanos sin que nuestro color de piel, religión o pensamiento político nos haga mejores o peores,  y sobre todo a no odiar a nadie, a ponerme en el lugar del otro para entender sus actos y asumir que todo el mundo se puede equivocar y no por eso deja de ser buena persona o no por ello es mala persona; a seguir aprendiendo día a día, y por muchos reveses que me de la vida no cambiare esta visión.


Espero que todas esas personas que hoy tiene hijos en manos de gente como Silvia, Ángeles, Olvido,  Rocio, David, Arantxa, Adriano,….. Sepan apreciar el esfuerzo que ellos hacen por enseñar y darles algunas pinceladas a sus hijos para que sean personas ya no con un conocimiento sino con un cerebro que les permita pensar y vivir la vida de acuerdo con unas ideas (sean mejores o peores, equivocas o acertadas  pero al fin y al cabo en eso consiste la vida en una suma de conocimientos). Gracias a todos por vuestro esfuerzo en formarme y gracias por formarme a mi, a mis hijos y a todas las generaciones que pasen por vuestras manos, a pesar de los cambios que cada vez os lo pone mas difícil vosotros con vuestra vocación nos dais una lección que no debemos olvidar.