lunes, 29 de agosto de 2011

agradecimiento un honor, no una obligación

 

“Agradece a la llama la luz, pero no te olvides del pie del candil que paciente la sostiene”.

R. Tagore

Musica de oro

Quien no ha odio o pensado alguna vez en nuestro trabajo la tan famosa frase “ni pagado, ni agradecido”.

Después de muchos años en este oficio y el algún otro, tanto como profesional como voluntario, he podido oírla  muchas veces.

Sin embargo considero que al menos la segunda parte es falso ya que es un trabajo en el muchas veces recibes un agradecimiento de corazón y que te llega al corazón.

Algunos de los agradecimientos que nunca olvidare y que siempre llevare en el corazón , como la abuela que junto con su nieta una tarde silenciosa y lluviosa del 15 de Marzo de 2004 se acerco a donde estábamos y tras darnos la mano nos dio un simple y sentido Gracias; la del niño con el que estuve una hora y media mientras los bomberos hacían su trabajo una fría noche de un 31 de Diciembre de 1994 en la que tras sacarlo del coche se abrazo a mi y no quería dejarme, el perdió a su familia y yo recogí el cariño de los ojos de un niño; o el de aquella madre primeriza a la que ayudamos a traer a este mundo una preciosa niña en aquella fea y nevada tarde de Noviembre de 1995 en un pueblo perdido e incomunicado de la mano de Dios, sin embargo  la menos llamativa quizas sea la que he recibido recientemente por parte de una persona atea reconocida por nuestro esfuerzo y trabajo en las Jornadas Mundiales de la Juventud, en la que quizas criticara todo su contenido pero su agradecimiento me llego al alma.

Por eso y a pesar de que creo que nuestra labor, o cualquier labor, es mas vocacional que una obligación , a pesar de ello muchas personas siguen dando mas importancia al dinero que al agradecimiento, yo creo que la mayor recompensa de un trabajo puede acarrear a la persona que lo realiza es arrancar un sonrisa o aliviar el dolor, por lo menos en el nuestro, de la personas que necesitan nuestra ayuda, con conseguir esto yo personalmente me voy a casa con la sensación de un trabajo bien hecho.

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