sábado, 24 de marzo de 2012

Tu recompensa un trabajo bien hecho


“Si no puedes trabajar con amor sino sólo con desgana, mejor será que abandones el trabajo y te sientes a la puerta del templo a recibir limosna de los que trabajan con alegría.”

Khalil Gibran



Albañil Herido


El trabajo en los tiempos que corren es una bendición, o quizas sea una maldición personalmente creo que independientemente de como lo vaya la situación económico – laboral del país, el trabajo será una bendición o un infierno en función de como nos lo tomemos.


Supongo que me tengo que explicar y para ello voy a poneros un ejemplo, es el de una persona que va a trabajar y que siente que su trabajo es importante, pero que sin embargo no se conforma con poner todo su empeño y “cariño” en lo que hace sino solo en lo que el quiere, además tiene el problema de que trabaja de cara al publico, no le gusta que sus “jefes” le tengan todo el día de arriba para abajo, no se forma para progresar, y sobre todo dedica mas esfuerzo a criticar como lo hacen sus jefes, a realmente poner “cariño” en satisfacer a sus “clientes” los cuales no tienen culpa de nada.


Esta persona a pesar de que se siente orgulloso de su profesión, sin embargo desde mi punto de vista no esta contento con su trabajo y lo peor la única manera que tiene de cambiarlo, claro esta desde su punto de vista, es protestando y pagándolo con sus clientes.


Desde luego no es cuestión de decir “si guana” y agachar la cabeza porque al final si trabajas así terminaras cayendo en la indiferencia por tu trabajo supongo, esto lo dirán mejor que yo los sicólogos, caerás en el síndrome del quemado.


Personalmente creo que no debes trabajar en cualquier cosa y eso en estos tiempos es mas fácil decirlo que hacerlo, pero la cuestión es me merece la pena trabajar en algo en lo que no estoy ajusto, aunque la profesión me guste, o prefiero buscar algún trabajo en el que además de estar orgulloso de mi profesión, pongo todo lo que tengo en el fuego y además si algo no me gusta no dejo que afecte a mi trabajo e intento de manera positiva arreglarlo para seguir disfrutando.


Existen trabajo vocacionales en lo que acabamos de hablar es fundamental, gente que trabaja, con gente enferma, en situaciones “extrañas” niños o ancianos si los profesionales que trabajan con estos colectivos no son capaces de poner todo “el amor” que se espera de su profesión deberán dejarlo y buscar otro trabajo.


En conclusión sea cual sea el trabajo que nos toque hacer debemos tener en cuenta que si no lo hacemos con “cariño” deberíamos plantearnos buscar otro porque ni seremos felices ni seremos capaces de hacer bien nuestro trabajo y en el caso de los colectivos que trabajan con otras personas en situaciones complicadas o formándolas afecta a terceros que no pueden defenderse.

jueves, 8 de marzo de 2012

Mi palabra, mi honor, mi riqueza

“ Palabra de Dios”

Liturgia Cristiana

el-valor-de-la-palabra

La gente que me conoce, sabe que soy una persona que llego 5 minutos antes de la  hora a la que me comprometo a llegar, por norma general porque mi palabra va a misa. La palabra equipara al hombre pobre y al hombre rico, porque la palabra tiene el mismo valor.

La palabra es la tabla de medir en la que la gente demuestra su valor, su carácter, su compromiso, su valía, su fiabilidad, es decir en definitiva si  eres una persona en la que se puede confiar o no, si eres una persona en la que puedas poner tus expectativas o no.

En los tiempos que nos han tocado vivir, ser una persona de la que se puede uno fiar, depende unicamente, desde mi punto de vista, en la validez que tenga tu palabra si eres una persona que hoy te comprometas hacer una cosa y mañana porque te surja un  plan mejor, claro esta siempre existen excepciones de las llamadas de causa de fuerza mayor, rompes el compromiso que implica el compromiso de tu palabra, demuestra ser una persona con la que no se puede contar o mejor dicho con la que no se debe contar ya que te puede dejar, como se dice vulgarmente vendido.

A mi siempre me han ensañado que si me comprometo, es decir que si doy mi palabra, me comprometo hasta el final, por eso muchas veces no  me comprometo a nada y si me comprometo mantengo este compromiso contra viento y marea, al precio que sea necesario. Porque mi palabra es mi única riqueza es mi honor, es la manera de que las personas que depositen su confianza en mi sepan que si me comprometo ha realizar una tarea la llevare a cabo aunque eso signifique renunciar a mejores planes.

En definitiva, antes de comprometerse, de dar tu palabra, piénsate bien a quien y como la das porque una vez que me la des no te la van a devolver con lo que si aprecias a la persona con la que te comprometes puede salirte caro romper esa palabra.