Cuando tu mundo cambia de la noche a la mañana

He visto gente rota ayudar a gente que solo tenia una grieta.

Si hace dos meses me dicen que mi vida va a cambiar tanto y tan de repente no se si me lo hubiera creído.

El 10 de Marzo amaneció un día normal, me encontraba haciendo la mochila para ir a mi guardia, y además preparaba otra mochila para poder ir a darme un paseo por el monte tras la guardia y sin embargo a penas 36 horas después nos vimos envueltos en una Pandemia que ha cambiado el modo de vida y el de pensar (al menos el mio) de mucha gente.

Todo fue tan rápido que apenas podíamos acostumbrarnos a los cambios que se producían cada 12 horas aprendiamos a trabajar de una manera difetente, recuerdo entrar a trabajar en mi guardia y leerme la noche anterior un procedimiento para tratar con pacientes sospechosos de COVID-19; en el que aplicamos una medidas de seguridad que apenas hoy consideraríamos suficientes sin embargo en aquel momento no eramos conscientes o eso creo del peligro real, en mi caso esa misma guardia me di cuenta de la situación cuando a las 12 horas después al hacer un paciente que en un primer momento no lo identificamos como COVID-19 al identificarlo el procedimiento ya hablando con la central se aplica otro protocolo, el hospital al que le llevamos también acaba de cambiar los protocolos de atención a pacientes con esa patología.

Al día siguiente paseando por el monte y dándole vueltas me doy cuenta de las dimensiones que esto puede llegar a tomar y comienzo a tomar decisiones, decisiones que me enseñaran el lado mas oscuro de algunas personas pero también la cara mas amable, y lo maravillosas que pueden ser otras personas.

Los siguientes días es un continuo sube y baja emocional, nos vemos superados en un primer momento, por las circunstancias, paso mas tiempo vestido de "astronauta" que con la ropa de estar por casas, tan pronto estas entrando en una UCI de un hospital al que antes ni hubieras imaginado tener que ir, a tratar como nos indican en las charlas matutinas  (eso si sin escribirlo) a los pacientes aplicando medicina de guerra, algo a lo que nos hemos tenido que acostumbrar y que una vez mas demuestra la adaptabilidad que tenemos en ciertos trabajos a las circunstancias, de allí a pasar noches en el IFEMA, revisión de residencias,...., vuelta a casa donde en muchas ocasiones llego para dormir descansar un poco y volver al trabajo.

Todos mis compañeros y el resto de personal sanitario y de servicios imprescindibles que curiosamente muchos son los que antes no quería hacer nadie (cajeras, barrenderos, limpiadoras,....) nos reconocemos por la calle. Las marcas de los EPIS en nuestras caras y la cara de agotamiento, nos delata, sin embargo no escucho quejas ni reclamaciones ni demandas; todos coincidimos en los mismo estamos haciendo nuestro trabajo, ahora no es el momento.

Mientras tanto la familia y amigos no dejan de estar pendientes de mi, soy consciente que aunque muchos no me lo digan directamente están muy preocupados incluso lo están pasando mal, sin embargo ellos no son conscientes de que mas preocupado estoy yo por ellos que ellos por mi, al fin y al cabo yo soy consciente de a lo que me enfrento y tengo todos los medios necesario para protegerme aunque nadie puede tener la certeza de estar a salvo; procuro en los momentos de descanso ayudarles en lo que puedo y aunque no tengo muchas ganas bromear e intento tranquilizarles; ademas esas charlas me sirven para volver un poco a mi realidad esa realidad que abandone a mediados de Marzo a mis compañeros de carreras, a la familia, a los viejos y nuevos amigos.

A primeros de abril la situación aún es complicado pero al menos tengo la sensación de que ya hemos cogido el ritmo y además llegan los primeros Test para el personal del servicio al que pertenezco y como ha dicho un amigo nunca ser negativo significada algo tan positivo; así que a seguir trabajando y dando lo mejor que puedo y se.

Llega la semana santa y con ella la soledad y la falta de mi respiro rural en Galleguillos, pero en esta ocasión llega también la petición de ayuda de la Junta de Castilla y León al Ayuntamiento de Madrid el cual envía personal en varios contingentes a Segovia y a Soria, no podía esconderme en este momento aunque se que a la familia le preocupaba e incluso que a alguno no le hizo gracia pero se que en el fondo me conocen y como nos dijeron en Soria "vuestras familias están orgullosas de vosotros" (los amigos también). Castilla y León es mi tercera tierra, así que cuando me avisaron hice el petate y me uní al segundo contingente para apoyar en Soria; al final animicamente me vino bien ya que nos trajimos mas de lo que nos llevamos aunque es cierto que para poder irnos los compañeros que se quedaron tuvieron que dar mas para suplirnos.

Por fin hoy comenzamos a ver el final del túnel 50 días después, la cosa marca un antes y un después; pero todavía no ha terminado, los aplausos se agradecen animicamente nos ayudan pero realmente lo que hemos sentido es que sigue habiendo muchas diferencias muchos hemos tenidos PCR's y otros con la misma o mayor exposición ninguna, algunos tenemos EPI's sin problemas y otros han tenido que ir improvisando hasta que les llegaron; pero lo que si se seguro es que entre muchas cosas estas situación nos va a hacer ver las cosas de distintas maneras y sobre todo a las personas; nos ha enseñado que hay gente mala e irresponsable y gente buena; lo único que lamento y que no podremos solucionar son la gran cantidad de personas que se han quedado y que por desgracia se van a quedar por el camino.

Por favor no nos relajemos que aun queda la bajada, como en la montaña la cima no se encuentra en el punto mas alto sino de nuevo en el parking cuando ya recogemos todo y nos preparamos para tomarnos una cerveza con los compañeros de cuerda; ese momento llegara pero mientras vamos bajando no perdamos la concentración ya queda menos.