sábado, 12 de junio de 2010

La bestialidad de los hombres

“Aunque tu mujer haya cometido cien faltas, no la golpees ni con una flor”.

Proverbio indio

Lagrimas perfumadas

La reflexión de esta semana la llevo a cabo tras un mes meditando sobre el tema y con algún otro hecho reciente que me ha dado que pensar, seguro que alguien corregirá mucho de lo que digo aquí pero en cualquier caso me veo en la necesidad de desahogarme y compartir con vosotros estas reflexiones.

Violencia machista, violencia de genero, terrorismo machista,…. en fin un montón de collares para el mismo perro una lacra en pleno siglo XXI.

Pero realmente, ¿la sociedad tiene todo lo que necesita para combatir esta lacra?, personalmente creo que no, hemos avanzado mucho, tenemos un Ministerio de Igualdad,  se ha legislado endureciendo las penas a los bestias, conozco animales mas humanos que los maltratadores, la sociedad les hace el vacio y afea sus comportamientos, los cuerpos de seguridad han creado unidades especiales, los jueces juzgados a propósito, tenemos el teléfono único 016, ….,  todo esto, esta muy bien pero, y el día a día, y el españolito de a pie que todavía no es capaz , desde mi punto, de vista de arrancarse y dar un paso al frente para ayudar a esa persona que todos conocemos, es un hipocresía creer que en nuestro entorno no puede haber un caso de violencia de genero, que pasa con él.

Personalmente creo que el mensaje general ha llegado a las personas pero las personas no sabemos  o mejor dicho nos falta la cultura para ayudar, me explico, mi caso, soy un profesional de la sanidad, trabajo en un sistema de emergencia en el cual somos muchas veces de los primeros en intervenir y desgraciadamente no tenemos una formación especifica para estos casos. Pero no solo en mi vida laboral en mi entorno social se dan casos y no se como reaccionar a veces la mujer maltratada teme la vergüenza o la incomprensión por parte de la sociedad de la que forma parte, pero esta sociedad (y con esto me refiero al individuo), no sabemos acercarnos a ella y aunque sea simplemente ponerle la mano en el hombro y susúrrale una palabra de animo o ofrecerle ayuda, o no queremos abordar un tema tan delicado, ¿por que?, por falta de preparación, cultura, por miedo a la reacción de la afectada, como sabemos muchas veces las mujeres niegan ese maltrato, por vergüenza, miedo al que dirán, miedo a que se entere el agresor que otros lo sabemos,o como recientemente me digo un amigo y ante un caso que ambos conocemos: “ ¿y que hacemos?,  es un tema tan delicado”….. no lo se pero la cuestión es que muchas veces no hacemos nada y miramos para otro lado, aunque luego a todos nos parece “feas” ese tipo de actitudes.

Quizás en la tan famosa “educación para la ciudadanía”, en los cursos para profesionales sanitarios, o de habilidades sociales el ministerio de igualdad empiece a pedir y a obligar una formación cultural sobre el maltrato (p.e.), así cambiaría la sociedad, así sabríamos como acercarnos a la victima sin tenor a no acertar con las palabras o las formas, así dejaríamos de tener otra excusa para mirar, quizás, para otro lado.

Hoy la reflexión no tiene un cierre, como los otros artículos que habeis podido leer, no se que decir, yo soy culpable de mirar para otro lado, de no hacer nada, así que únicamente queda mi propósito de enmienda mi deseo de que esto acabe pronto y que para cierta persona que sepa que todos la apoyamos haga lo que haga y necesite lo que necesite, hoy por hoy no sabría hacer nada más.

Espero que el sufrimiento de las mujeres maltratadas en el pasado y en el presente sirva al menos para evitar las del futuro.

 

 

1 comentario:

  1. Me lo envia una amiga por correo al no poder entrar en la pagina....

    Y que razón tienes amigo... pero muchas veces, tal y como comentas, yo creo que no reaccionamos porque no tenemos la formación o información suficiente para saber que es exactamente lo que necesita la persona que ha sido maltratada. Es difícil, y como se suele decir, cada persona es un mundo, con lo cual sería dificil determinar los pasos a seguir ante una situación como ésta.

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