viernes, 4 de febrero de 2011

Ángel o demonio….. siempre nosotros

 

“La vida es un arco iris que incluye el negro.”

Yevgeny Yevtushenko, poeta ruso

Belleza y dolor

Todo tenemos días, en los que deseamos tirarlo todo a la basura y encerrarnos en un caja, a ser posible fuerte, y no volver a salir no tener contacto con nadie, vaya lo que se dice días grises de esos que siempre nos dijeron que existirían en la vida, esos días en los que somos demonios que nos irritamos y saltamos por la menor de las tonterías o bien somos la peor de las compañías.

Pero siempre encontramos un motivo para que esos días grises se conviertan en día soleados, ese algo que nos hace sonreír en el momento en el que únicamente nos apetece llorar, ese algo que nos convierte en un  ángel o al menos en una persona normal

Ese algo en la mayoría de los casos son cosas sin importancia, un pequeño detalle de tu pareja, de un amigo o bien de tus hijos no un simple paseo en solitario que nos ponga en contacto con nosotros mismos, o poniéndonos mas místicos nos haga ver que en la grandeza del mundo que nos toca vivir existen demasiadas cosas para disfrutar y por tanto no merece la pena estar enfadados o alicaídos por lo que seguro es una tontería si lo contemplamos con una visión global.

En mi caso, desgraciadamente y por el tipo de vida que estoy llevando, únicamente me anima últimamente mis hijos, esos mismos que a veces me sacan de mis casillas, que me quitan tiempo para practicar mis aficiones, son esos mismos los que con un simple abrazo de mi hija pequeña cuando la estoy bañando o unas palabras de mi hijo mayor diciéndome que quiere ser  como yo  hacen que el peor de lo días automáticamente se torne en un día mejor. Hoy por hoy la posesión mas valiosa que tengo es una carta de mi hijo diciéndome que cuando lo necesite el siempre estará ahí para salir a dar un paseo cuando yo quiera y lo desee.

Os animo a que recapacitéis y busquéis algo que os sirva para cambiaros el animo que recapacitéis y miréis a vuestro alrededor y busquéis algo a vuestro alrededor, algo cercano, algo que podáis tener siempre a vuestra disprosio para que cuando lleguéis un día a casa después de unos de esos días, esos días que hemos comentado te ayuden a cambiar tu cara de demonio a ángel.

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